¡Oh, Glorioso San Chárbel!
Portento de humildad,
eremita dedicado en vida a Dios.
Portento de humildad,
eremita dedicado en vida a Dios.
Desde la cima de tu montaña,
donde solo te retiraste del mundo
para colmarnos de bendiciones celestiales,
mucho te han dolido en el alma y en el corazón
los sufrimientos de tu pueblo y de tu patria.
Con gran perseverancia seguiste orando,
mortificándote y ofreciéndole a Dios
por los vivos y muertos de tu pueblo,
profundizando, así tu unión con Dios
por los vivos y muertos de tu pueblo,
profundizando, así tu unión con Dios
al soportar las iniquidades de los humanos
y protegiéndonos de todo mal
desde las alturas de la montaña de Annaya,
por los siglos de los siglos.
Solicito yo, ahora, tu ayuda
en el las dificultades que me afligen,
en este grave problema que tanto me desespera:
(decir el problema para el que se pide ayuda)
en este grave problema que tanto me desespera:
(decir el problema para el que se pide ayuda)
Te ruego intercedas por mí,
ante Dios nuestro Señor
y de esta manera encontrar
la solución propicia
al problema que grandemente me angustia.
¡Gracias santo piadoso!
y de esta manera encontrar
la solución propicia
al problema que grandemente me angustia.
¡Gracias santo piadoso!
Amen.
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